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¡Fabricio Ojeda! ( Fragmento Historico )

viernes, 24 de enero de 2014





En este día es un deber revolucionario recordar a Fabricio Ojeda: Estamos seguros que estuviera aportando al proceso revolucionario bolivariano. Como periodista y venezolano su trayectoria de vida es el más vivo ejemplo para las generaciones de comunicadores y comunicadoras que luchamos para consolidar una patria digna, soberana, humana, solidaria y socialista.

Es por ello que les presento unos trozos de su biografía publicada en las páginas de la historia Venezolana y Americana:

Biografía Fabricio Ojeda 1929-1966 Periodista y guerrillero venezolano nacido en Boconó el día 6 de febrero de 1929 y asesinado en Caracas, en los calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) el 21 de junio de 1966. Periodista de “La Calle”, “El Heraldo” y “El Nacional”, representando a la Unión Republicana Democrática URD, alcanzó gran protagonismo en 1958 como Presidente de la Junta Patriótica (singular movimiento integrador nacional por encima de intereses particulares e ideológicos) que logró terminar política y militarmente con la dictadura que el teniente coronel Marcos Pérez Jiménez había establecido en Venezuela al asumir la Presidencia de la República en diciembre de 1952, y que supuso su derrocamiento por parte de las Fuerzas Armadas y su huida en el avión Vaca Sagrada hacia la República Dominicana el 23 de enero de 1958.

Fabricio Ojeda realizó entonces la primera alocución pública tras producirse el vacío de poder, llamando a la tranquilidad patriótica: "Este no es el momento de la venganza". Tres días antes, el 20 de enero de 1958, ya se había producido el Pacto de Nueva York en presencia de Maurice Bergbaum, jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos del Norte de América ,entre Rómulo Betancourt (de la socialdemócrata Acción Democrática AD), Rafael Caldera (del socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente COPEI) y Jóvito Villalba (de la nacionalista Unión Republicana Democrática URD), por el que los representantes de estos tres partidos sellaban su solidaridad frente a la tiranía militar de Pérez Jiménez, pero marginando, de paso, al también opositor Partido Comunista de Venezuela.

El acuerdo fue reafirmado el 31 de octubre de 1958 en el Pacto de Punto Fijo –nombre de la residencia de Rafael Caldera– cuando se comprometieron a respetar el resultado electoral y establecer un Gobierno de unidad nacional (segundo pacto del que expresamente se orilló al Partido Comunista de Venezuela, pese a que había formado parte de la Junta Patriótica).

En las elecciones generales de 1958, de las que resultó elegido presidente Rómulo Betancourt (1959-1964), fue elegido Fabricio Ojeda diputado de la URD, al Congreso Nacional, por el Distrito Federal. Se cumplió el pacto de Punto Fijo, el gabinete Betancourt lo formaron adecos, copeyanos y urredistas, y el tripartito se repartió entre su militancia cargos y gobernaciones, hasta que la URD se retiró del Gobierno y del pacto en 1962, año en el que surgen las primeras guerrillas organizadas de Venezuela en el siglo XX inspiradas por el ejemplo triunfante de la Revolución Cubana.

Fabricio Ojeda, maestro, periodista y diputado, renunció a sus cargos en 1962 y se unió a las guerrillas. Ese mismo año de 1962 apareció publicado en La Habana su libro Presencia Revolucionaria de Martí. Se hizo famosa su carta de renuncia como diputado, de 30 de junio de 1962.

Detenido, fue sentenciado por un Consejo de Guerra a 18 años de presidio por Rebelión Militar. Pero recluido en la cárcel de Trujillo logró fugarse en compañía de otros compañeros. Apresado de nuevo en junio de 1966 en Caracas, fue asesinado cuatro días después, el 21 de junio de 1966.



Fragmentos de su carta de renuncia a su puesto de diputado ante el Congreso

“… vengo ante ustedes a expresar la decisión de dejar el Parlamento –este recinto que pisé por voluntad del glorioso pueblo caraqueño, hoy oprimido y humillado–, para subir a las montañas e incorporarme a los compañeros que ya han iniciado el combate y con ellos continuar la lucha revolucionaria para la liberación de Venezuela, para el bienestar futuro del pueblo, para la redención de los humildes. Estoy consciente de lo que esta decisión implica, de los riesgos…” Venezuela… necesita un cambio a fondo para recobrar su perfil de nación soberana, recuperar los medios de riqueza hoy en manos del capital extranjero y convertirlos en instrumento de progreso colectivo…”




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