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Ese Gigante del Llano...

sábado, 25 de enero de 2014


Voy a escribir unas coplas para describir unos hechos me voy a dirigir con humildad y franqueza A ese gigante del llano del estado Barinas pueblito de Sabaneta  es una estrella que alumbra en todos los continentes.

Es un hombre universal, lo digo con fundamente el arañero de Barinas aquí se hace presente con millones de ilusiones y una cantidad de proyectos, se vino a la Capital a buscar otra faceta se trajo un guante y una pelota metida en la maleta.

Una mañana temprano se presento en el ejercito a cumplir con la Nación y preparar la defensa ya era un gran pelotero con habilidad y destreza el ponchaba a los contrarios usando curvas y rectas, si jugaba la primera lo sacaba con frecuencia.

El se fue preparando con todo su contingente y aquellos que iban llegando le aclaraba la mente enseguida despertaban y creaban la gran conciencia.

Así defender la patria de ese poco delincuentes. Esos partidos políticos se despachaban todo también se daban el vuelto.

Hombre revolucionario una misión infinita de un mundo diferente, que eso era posible lo demostró en poco tiempo.

Los profetas del desastre se quedaron boca abierta, político y empresario, aquellos dueños del valle ellos creían que todo se lo merecen.

HUGO CHAVEZ se les paro en el frente y les dijo: Este País es de todos, quiero que entienda la gente, pero los que menos tienen esos tienen preferencia. Nunca les importo el pueblo, jamás le tomaron en cuenta, mucho menos a los pobres para ellos eran delincuentes.

Jamás y nunca pensaron que el rio estaba revuelto, que en un tiempo no muy lejano se iba acabar la pesca, el bongo salió con palanca y canalete, el indio se puso bravo agarro el arco y la flecha con el solo propósito de defender el proceso.

Se llevaban el petróleo en cantidades inmensas con otros minerales, jamás entregaron cuenta, esas son nuestras riquezas que todo lo que se va jamás y nunca regresa.
Ese cuatro de febrero, en esa mañana fresca todo estaba represado y se abrieron las compuertas, nacieron las esperanzas que se encontraban desiertas. Dios quiera nunca se vayan y se quede para siempre, para toda Venezuela en unión del continente. Llego la claridad que se mantenía ausente.

Nos tenían un manto puesto desde el cuello a la cabeza ellos sin disimular usaban su gran careta, su tiempo se les acabo, tampoco se dieron cuenta. Con paso firme así se logran las metas acortando distancias por las partes más directas.

Ese por Ahora,  esa palabra benignas quedaron sembradas en nuestra conciencia, hombre como Chávez Frías jamás nacen con frecuencia ellos son privilegiados de nuestra naturaleza, vienen a cumplir misión en todo nuestro Universo.

Esa misión infinita lo llenaba de grandeza, ese es un ser sagrado yo lo digo con franqueza, dejo los frutos sembrados, ojala que ellos crezcan y beneficie a la mayoría es lo que interesa.

Su humildad y sencillez con su gran inteligencia a donde quiera que iba demostraba su grandeza, igual abrazaba a un niño o a un anciano, lo con delicadeza.

Trabajador incansable no descansaba en el tiempo, movía a todo su equipo con energía y dureza a cumplir con su trabajo en la forma más honesta. Ese espíritu purificado de Hugo Chávez  lo digo en este momento, todos lo van a saber a través de poco tiempo.

Deportista, militar, dibujante, estadista, escritor, también era un gran poeta. Escribió varias canciones, música venezolana que era su preferencia, muchas de ellas las cantaba con su voz clara y recia o recitaba un poema de esos de llano adentro.

El dejó varias misiones para beneficio de la gente, jamás serán olvidadas a través de mucho tiempo. Esa libertad participativa quedo sembrada en el tiempo, aunque muchos todavía tal vez no se han dado cuenta que este pueblo despertó y aprendió su sentido de pertenencia.

Relaciones internacionales a eso le dedicó tiempo buscando el desarrollo de lo nuestro, pero siempre decía: “Venezuela será una gran potencia”.

Este pueblo es imposible engañarlo con aquellos viejos cuentos que con el socialismo te van a quitar parte de tus pertenencias, eso es mentira de este poco de delincuentes, cada cinco años venían ofreciendo sus promesas, que iban arreglar  todo y acabar con la pobreza, después de las elecciones jamás los volvías a ver, se  acabaron las ofertas.

Hombre Nacionalista lo demostró en el tiempo, así perdería la vida por defender lo nuestro.

Simón Bolívar nuestro Libertador ese fue su gran maestro, Francisco de Miranda, Simona Rodriguez, Ezequiel Zamora, a Hugo Chávez le sirvieron de ejemplo.

 AUTOR: ALÍ SALVADOR HURTADO
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¡Fabricio Ojeda! ( Fragmento Historico )

viernes, 24 de enero de 2014





En este día es un deber revolucionario recordar a Fabricio Ojeda: Estamos seguros que estuviera aportando al proceso revolucionario bolivariano. Como periodista y venezolano su trayectoria de vida es el más vivo ejemplo para las generaciones de comunicadores y comunicadoras que luchamos para consolidar una patria digna, soberana, humana, solidaria y socialista.

Es por ello que les presento unos trozos de su biografía publicada en las páginas de la historia Venezolana y Americana:

Biografía Fabricio Ojeda 1929-1966 Periodista y guerrillero venezolano nacido en Boconó el día 6 de febrero de 1929 y asesinado en Caracas, en los calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) el 21 de junio de 1966. Periodista de “La Calle”, “El Heraldo” y “El Nacional”, representando a la Unión Republicana Democrática URD, alcanzó gran protagonismo en 1958 como Presidente de la Junta Patriótica (singular movimiento integrador nacional por encima de intereses particulares e ideológicos) que logró terminar política y militarmente con la dictadura que el teniente coronel Marcos Pérez Jiménez había establecido en Venezuela al asumir la Presidencia de la República en diciembre de 1952, y que supuso su derrocamiento por parte de las Fuerzas Armadas y su huida en el avión Vaca Sagrada hacia la República Dominicana el 23 de enero de 1958.

Fabricio Ojeda realizó entonces la primera alocución pública tras producirse el vacío de poder, llamando a la tranquilidad patriótica: "Este no es el momento de la venganza". Tres días antes, el 20 de enero de 1958, ya se había producido el Pacto de Nueva York en presencia de Maurice Bergbaum, jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos del Norte de América ,entre Rómulo Betancourt (de la socialdemócrata Acción Democrática AD), Rafael Caldera (del socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente COPEI) y Jóvito Villalba (de la nacionalista Unión Republicana Democrática URD), por el que los representantes de estos tres partidos sellaban su solidaridad frente a la tiranía militar de Pérez Jiménez, pero marginando, de paso, al también opositor Partido Comunista de Venezuela.

El acuerdo fue reafirmado el 31 de octubre de 1958 en el Pacto de Punto Fijo –nombre de la residencia de Rafael Caldera– cuando se comprometieron a respetar el resultado electoral y establecer un Gobierno de unidad nacional (segundo pacto del que expresamente se orilló al Partido Comunista de Venezuela, pese a que había formado parte de la Junta Patriótica).

En las elecciones generales de 1958, de las que resultó elegido presidente Rómulo Betancourt (1959-1964), fue elegido Fabricio Ojeda diputado de la URD, al Congreso Nacional, por el Distrito Federal. Se cumplió el pacto de Punto Fijo, el gabinete Betancourt lo formaron adecos, copeyanos y urredistas, y el tripartito se repartió entre su militancia cargos y gobernaciones, hasta que la URD se retiró del Gobierno y del pacto en 1962, año en el que surgen las primeras guerrillas organizadas de Venezuela en el siglo XX inspiradas por el ejemplo triunfante de la Revolución Cubana.

Fabricio Ojeda, maestro, periodista y diputado, renunció a sus cargos en 1962 y se unió a las guerrillas. Ese mismo año de 1962 apareció publicado en La Habana su libro Presencia Revolucionaria de Martí. Se hizo famosa su carta de renuncia como diputado, de 30 de junio de 1962.

Detenido, fue sentenciado por un Consejo de Guerra a 18 años de presidio por Rebelión Militar. Pero recluido en la cárcel de Trujillo logró fugarse en compañía de otros compañeros. Apresado de nuevo en junio de 1966 en Caracas, fue asesinado cuatro días después, el 21 de junio de 1966.



Fragmentos de su carta de renuncia a su puesto de diputado ante el Congreso

“… vengo ante ustedes a expresar la decisión de dejar el Parlamento –este recinto que pisé por voluntad del glorioso pueblo caraqueño, hoy oprimido y humillado–, para subir a las montañas e incorporarme a los compañeros que ya han iniciado el combate y con ellos continuar la lucha revolucionaria para la liberación de Venezuela, para el bienestar futuro del pueblo, para la redención de los humildes. Estoy consciente de lo que esta decisión implica, de los riesgos…” Venezuela… necesita un cambio a fondo para recobrar su perfil de nación soberana, recuperar los medios de riqueza hoy en manos del capital extranjero y convertirlos en instrumento de progreso colectivo…”




23 de Enero: 56 años del derrocamiento de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez

jueves, 23 de enero de 2014


Prensa PSUV.- El 23 de Enero de 1958, un movimiento cívico-militar derrocó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien fue presidente de Venezuela durante 8 años.

Pérez Jiménez había ganado en diciembre de 1957 un plebiscito que prolongaría su mandato. Sin embargo, el 1 de enero de 1958 un levantamiento militar fue develado y, con ello, se originó una crisis de liderazgo militar que puso en tela de juicio el poder absoluto de Pérez Jiménez en las Fuerzas Armadas.

A partir de este suceso, se generaron pronunciamientos públicos de diversos sectores del país, incluidos empresarios, obreros, periodistas, entre otros, quienes manifestaron su repudio a la dictadura.
Comenzaron acciones de calle y una huelga general, donde partidos políticos, empresarios, estudiantes y la sociedad civil fueron apoyados por los militares alzados que dieron al traste con la dictadura.

Antecedentes:
El 1º de enero de 1958 ocurre un alzamiento militar en contra de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez que demostró su debilitamiento en el poder y creó el clima de descontrol que 22 días después, el 23 de enero, llevaría a su derrocamiento.

La terrible situación del país, evidenciada por las persecuciones políticas, el peculado y la represión, motivaron que un grupo de oficiales, liderados por el coronel Hugo Trejo, planificaran una rebelión militar cuya meta era restituir la democracia y salvar del descrédito a la institución militar.
Sin embargo, su lucha fue silenciada por factores políticos como Acción Democrática (AD), que como dice el mismo Trejo en su libro La revolución no ha terminado, “triunfante sobre caballo ajeno” llegó al poder, tanto el 18 de octubre de 1945, al derrocar a Isaías Medina Angarita, como en su retorno al juego político luego de la caída de la dictadura.

También se supo de la intención que tuvo la Junta Patriótica, coalición de importantes fuerzas populares que también planificaba un alzamiento popular de plegarse al movimiento, sin embargo nunca se concretó reunión alguna, y los oficiales comprometidos sólo supieron de la Junta días después, cuando hizo los llamados a huelga previos al 23 de enero.

Trejo, quien propuso la “democratización de las Fuerzas Armadas e integración al pueblo de Venezuela”, se convirtió en un factor incómodo tanto para los caudillos políticos como para los que representaban el continuismo del régimen en el ámbito militar, quienes fraguaron su retiro del escenario político al ser nombrado en cargos de servicio exterior, durante una especie de “exilio” de 10 años.

Los resultados de la “gran farsa” del plebiscito convocado para el 15 de diciembre por parte de Pérez Jiménez, donde cerca de dos millones de electores lo legitimaron “voluntariamente” en el poder, activaron el plan de alzamiento en Caracas y Maracay, así como la toma de la base aérea de Boca de Río (Palo Negro), en Aragua.

El movimiento se iniciaría el 5 de enero de 1958, del que resultaría, de tener éxito, la creación de una Junta Revolucionaria Cívico Militar, integrada por cuatro militares, uno por cada fuerza, y tres civiles, y un Consejo Consultivo Político conformado por AD, Copei, Unión Republicana Democrática (URD) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

El 29 de diciembre se acordaron los detalles preliminares, el grupo insurgente contaría con varias guarniciones en Caracas y Maracay.

La Rebelión:
Las semanas previas al 23 de enero, fueron de una constante lucha popular refrenada por la represión de la dictadura que adolecía de una acentuada crisis de gobernabilidad.
El 1° de enero ocurre el alzamiento militar de la guarnición de Maracay (Aragua), hay cambios en el gabinete de ministros el 11 de enero y el día 20, la Junta Patriótica promueve una huelga de los diarios que al día siguiente se transforma en huelga general.

El día 22 hay acciones de calle con volcamiento de autobuses y enfrentamientos contra la policía con bombas molotov. Aunque Pérez Jiménez se había designado a sí mismo ministro de la Defensa, el sector militar se comprometió con las maniobras que se realizarían de aquel momento en adelante. Las guarniciones de La Guaira, Maracay, Puerto Cabello y Valencia, respaldaron la rebelión.

La Marina, por su parte, fondeó mar adentro a los destructores Brión, García y los buques Aragua, Nueva Esparta y Zulia para neutralizar al gobierno, mientras que la aviación revocó cualquier instrucción de movilizar la escuadra de aviones en Maracay. Era la noche del 22 de enero.

Pérez Jiménez abandonó Miraflores en la Vaca Sagrada, avión presidencial rumbo a Santo Domingo, al no poder vencer la insurrección del pueblo y comprobar que se había derrumbado el respaldo militar que sirvió de base a su gobierno. Acompañaron a Pérez Jiménez su esposa, sus tres hijas, su suegra, Luis Felipe Llovera Páez, Pedro Gutiérrez Alfaro, Antonio Pérez Vivas, Raúl Soulés Baldó y el testaferro Fortunato Herrera.
Horas después, a las 4:00 de la mañana, la Junta Militar presidida por Larrazábal asume el poder, a las 5:30 en los hogares caraqueños se escuchan las campanadas de las iglesias y la radio anuncia la caída de la dictadura. El pueblo sale a la calle y se concentra en la Plaza Bolívar de Caracas.

De inmediato son liberados los presos políticos, es quemada la sede de la Seguridad Nacional y prevalece el grito “Viva la libertad, abajo la tiranía” al pie de la estatua ecuestre del Libertador.

La traición:
Quienes desde la Junta Patriótica (iniciativa promovida por el PCV y Fabricio Ojeda) iniciaron los esfuerzos políticos unitarios, terminarían siendo excluidos junto al pueblo, la insurrección popular sería una y mil veces acallada por los intereses trasnacionales pactados en Nueva York y ratificados en la residencia “Punto Fijo”.
La junta de gobierno formada esa tarde de fervor patriótico en la calle, fue atemperada por los pactos de las élites empresariales y militares, la Junta-Cívico Militar estuvo conformada por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal y la incorporación de dos empresarios, Eugenio Mendoza y Blas Lamberte.

Había llegado al poder la llamada “Democracia Puntofijista”, aquella farsa conciliación de élites que se impuso a los anhelos de liberación nacional, que el pueblo forjo en las calles desde 1936 y que una vez más fue traicionada.

Los líderes de los partidos políticos del “Pacto de Nueva York”, nacionalizado de “Punto Fijo”, Acción Democrática, COPEI y URD, sirvieron como peones del juego económico de las transnacionales petroleras y del gobierno norteamericano, al firmar un pacto de gobernabilidad que sirvió para aislar de la escena política a las fuerzas populares y de izquierda, hipotecando el futuro democrático del país.
Con el objetivo final de garantizarse el ejercicio del poder político y económico, restringiendo las garantías constitucionales en concordancia con la oligarquía económica importadora, sobre la farsa conciliación obrero-patronal.

Entre los años 1960-1998, los gobiernos puntofijistas se encargaron de secuestrar los derechos democráticos, coartando la participación popular, instaurando un régimen represor de los movimientos sociales y revolucionarios.

Reivindicación Histórica:
Pero a pesar de la oscura noche de los cuarenta años Punto Fijistas, “la democracia representativa” no pudo extinguir el espíritu combativo” del aguerrido pueblo venezolano, quien a pesar de las fuertes condiciones de represión y persecución, se mantuvo en pie de lucha llevando viva la llama de la Revolución.